martes, 15 de noviembre de 2011

Ya no queda nada

(Séptima entrada, versión final)



15 de septiembre del 2021

Mi vida ha cambiado en forma radical, pues tal parece que las esperanzas se han acabado y los momentos de desesperación han comenzado. Desde hace una semana esta  pesadilla ha empezado a formar parte de mis días. Estoy convencido de que mis creencias ahora son solo parte de una simple y absurda ilusión. Solo me queda resignarme y esperar lo inevitable: la muerte.

Hace unos días fui traído a este campo de exterminio ubicado al noroeste de la ciudad. La cantidad de personas que nos encontrábamos era enorme y pese a que cada 30 minutos morían más de 500 personas y aun toda la zona se encontraba aun repleta  de ”mexicanos”. Aquí no hay escapatoria, puesto que existen alrededor de  10 cámaras de gases tóxicos en las cuales cabe un aproximado de 50 personas y toda la zona se encuentra vigilada por el ejército norteamericano. Tarde o temprano nos llegara la hora a mí y todos mis connacionales.

Seré sincero…  Cuando llegué a este lugar en lo único que pensaba era en tratar de huir pero - con la seguridad tan excesiva que hay en este sitio - mis esperanzas pronto fueron mermando.  El intentar escapar de este lugar solo me podría ocasionar una muerte más rápida. Así decidí cambiar de planes y me dispuse a buscar un objetivo: Si es que iba a morir… al menos quería que fuera a lado de la persona por la quien tanto había luchado. De este modo empecé la búsqueda de Brianda entre la multitud que nos hallábamos en ese campo. Encontrarla no sería nada fácil, pero estaba seguro de que la hallaría, pues ella poseía algunas cualidades que la hacían un poco más fácil de reconocer de entre las personas de este sitio.

Han pasado dos días y he vuelto a sentirme  un poco feliz, pues después de tanta búsqueda por fin he encontrado a esa persona tan especial. De inmediato, los sentimientos salieron a flor de piel. Era una sensación un tanto incomoda pero confortable el estar de nuevo a su lado. Me sentí vivo – o al menos con ganas de vivir - pero tenía que ser honesto. No había forma alguna de salir de aquí. Lo único que restaba era aceptar el destino que nos deparaba este lugar.

Brii me contó todo lo que había vivido en ese campo de concentración durante los últimos meses y  la forma en cómo ella pensaba que íbamos a escapar. Sin embargo, en mi mente solo daba vueltas una idea: ¿Cómo le iba a decir a ella que todo ya había acabado, que ya no había nada que se pudiera hacer, mas que resignarnos y esperar pacientemente nuestra muerte? Deje que terminara de hablar y al momento que pidió mi opinión lo único que le dije  fue que ya no tuviera miedo pues pronto esto iba a acabar.

Aun se desconocen las verdaderas causas de por qué el Gobierno de Estados Unidos esta tan interesado en el exterminio de la mayoría de los “mexicanos”, pues en lo único que pensaba antes era en la explotación y discriminación de nosotros. Muchos creen que esto es una forma de demostrarle al mundo, que este país tiene el poder suficiente para hacer lo que le plazca en el momento que lo decida. No sé si es esto cierto, lo único que sé es que está decisión va acabar con mi vida de una forma en que yo no esperaba.

La hora ha llegado… Brianda y yo hemos decidido permanecer juntos en esta cámara. El cuarto ya está lleno. Empiezan a salir esos vapores que anuncian la muerte y lo único hago es abrazar fuertemente a Bri y decirle al oído que todo estará bien. Empiezo a sentirme un poco mareado e indispuesto para continuar escribiendo. Me imaginó que es por la enorme cantidad de gases que he inhalado.  Ya han pasado 5 minutos en esta cámara y pareciera que el tiempo comienza a detenerse. A los diez minutos solo veo como la gente cae al suelo bruscamente y empieza  a convulsionarse mientras muchos gritan y golpean la puerta esperando que alguien los oiga y los saquen de aquí. Nosotros solo permanecemos sentados. Platicamos de aquellos días alegres de nuestras vidas. Una lágrima brota al ver que todo está a punto de acabar. Tengo miedo, pero trato de tranquilizarme, pues al menos me encuentro con la persona que más quise y tengo que demostrar algo de seguridad para que ella también esté un poco más relajada. Quince minutos… Me duele mucho la cabeza, pero eso no es lo que más me preocupa, sino el hecho de que mi amada ya no ha hablado durante  tres  minutos, aunque no quiera aceptarlo, creo que ella ya se encuentra en un lugar mucho mejor, pues ya no se mueve y al parecer tampoco respira. Desde hace más de un minuto que ya no se mueve solo se ha recostado en mis piernas, como en aquellas tardes en las que solíamos ir a disfrutar en algún parque lo maravilloso que eran nuestras vidas, lo felices que éramos  ella y yo.

Ya no aguantó más…mi vista se distorsiona, solo queda esperar que esto termine pronto. Ya no hay motivo para seguir. Espero que este escrito pueda servir en algún futuro.

Se despide de ustedes Alf.

1 comentario:

  1. Estoy seguro de que para el próximo lunes 21, todas las faltas de coma, dos puntos y puntos suspensivos serán corregidas. También estoy seguro de que desaparecerán, como por arte de magia, cada uno de los muchos encabalgamientos que aún hay aquí, jueves 17 de noviembre de 2011. ¿Verdad?

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