jueves, 24 de noviembre de 2011

Diálogos con Jesucristo


Sin fecha

¿Paz? No lo sé, pero al menos la pesadilla que estaba viviendo acabó. Hoy son solo recuerdos que quisiera eliminar. Después de varias muertes, una persona se  compadeció de nosotros y decidió abrir la puerta. Era un soldado estadounidense quien había abierto. Lo primero que se me vino a la mente es que algo debía estar pasando como para que un militar nos hubiera liberado. Pensaba que todos estábamos muertos. Me encontraba en un estado deplorable, pues me intentaba levantar pero no tenía fuerzas. Mi cabeza daba miles de vueltas y lo único que pensaba era en cómo iba a salir de este sitio, pues me encontraba agonizando y muy débil como para emprender una huida.

Los militares me sacaron de la cámara como un cadáver más. Tenía que recuperarme rápidamente pues esta podía ser mi última oportunidad para huir, ya que los cuerpos serian transportados para ser enterrados a las afueras de esta ciudad.

Listo… Me encontraba junto con los demás occisos en una camioneta. Durante el viaje esperaba  ganar fuerzas suficientes para poder escaparme antes de llegar a la fosa en donde seria sepultado junto con mis compañeros. El viaje era muy incómodo, pues me encontraba aprisionado por los cuerpos. Además el aroma era muy desagradable debido a que estos habían comenzado a descomponerse.

De pronto, una persona se levantó de entre la carga, lo cual me hizo pensar que no era el único sobreviviente de esa cámara de la muerte. Parecía saber de mi presencia, pues, después de incorporarse, empezó a remover los occisos para que  yo pudiera moverme libremente. Él  era una persona de aproximadamente 30 años de edad, tez blanca y una estatura promedio de 1.70 metros. No recordaba haberlo visto en el cuarto de ejecuciones; sin embargo, me encontraba  agradecido con él por haberme sacado de ese sinfín de despojos humanos.

Después de liberarme, comenzó a hacerme una serie de preguntas, a las cuales no podía responder porque mi cuerpo no reaccionaba, debido a la gran debilidad que aún tenía. Me encontraba desesperado por esta situación, ya que deseaba contestar pero mi cuerpo no respondía. Cuando terminó de cuestionarme, sentí como mi cuerpo se debilitó por completo hasta que  perdí el conocimiento. Al despertar, me encontraba reposando en un árbol. Al parecer el reposo me había hecho bien, pues me encontraba como nuevo, ya que todos mis dolores, mareos y debilidades habían cesado.

Tras incorporarme, fui a buscar a aquel hombre: le debía la vida misma, puesto que sin él nunca hubiera logrado escapar del convoy. Se encontraba descansando . Al acercarme a él me pidió que me sentara a su lado. Una vez que fui, comenzó a interrogarme de nuevo,  solo que esta vez sí podía contestar.

Continuamos un buen rato con esta dinámica de dialogo en la que solamente me dedicaba a contestar las preguntas que aquel hombre me hacía. Después de un par de horas decidí marcharme. Me despedí y empecé a caminar sin algún rumbo fijo. El hombre me preguntó si sabía qué iba a hacer ahora  que me encontraba libre. Yo solo moví la cabeza indicando un “no”. El señor me dijo que si gustaba podía ir con él, que sería bien recibido en el lugar donde él vivía. Le di las gracias pero no accedí a su propuesta. Únicamente le pregunté su nombre mientras me alejaba  de ese lugar, pues no quería ser descubierto de nuevo por algún militar estadounidense. Me dijo que se llamaba Jesucristo. De inmediato volteé para burlarme de él, pero ya no se encontraba en aquel lugar. La curiosidad me obligó a regresar de nuevo a ese sitio, y efectivamente ya no se encontraba esa persona.  Ya de vuelta en mi camino, me encontré con un retén, el cual, al tratar de esquivarlo, provocó que me encontrara con tropas de Estados Unidos. Para mi sorpresa ningún soldado me vio pese a que me encontraba frente a ellos. Esto me intrigó, pues era muy raro que ningún soldado me viera cuando estábamos a menos de tres metros de distancia. Entonces decidí pasar por el retén en el cual ocurrió lo mismo. Nadie me había visto cruzar. Esto solo me podía indicar algo: no era un sobreviviente, sino un alma vagando.

No lo podía creer… Eso explicaba el por qué mis fuerzas habían vuelto de una forma tan espontánea, y por qué después de mi desmayo había aparecido afuera de la camioneta. Todo indicaba que después de ni desfallecimiento había sido el momento de mi muerte.

Ahora me encuentro vagando por las calles, y recordando lo  feliz que fue mi vida; viendo en mi mente aquellas imágenes de cuando México era muy diferente al que hoy es. Hoy solo me encuentro mirando hacia el ayer.

martes, 15 de noviembre de 2011

Ya no queda nada

(Séptima entrada, versión final)



15 de septiembre del 2021

Mi vida ha cambiado en forma radical, pues tal parece que las esperanzas se han acabado y los momentos de desesperación han comenzado. Desde hace una semana esta  pesadilla ha empezado a formar parte de mis días. Estoy convencido de que mis creencias ahora son solo parte de una simple y absurda ilusión. Solo me queda resignarme y esperar lo inevitable: la muerte.

Hace unos días fui traído a este campo de exterminio ubicado al noroeste de la ciudad. La cantidad de personas que nos encontrábamos era enorme y pese a que cada 30 minutos morían más de 500 personas y aun toda la zona se encontraba aun repleta  de ”mexicanos”. Aquí no hay escapatoria, puesto que existen alrededor de  10 cámaras de gases tóxicos en las cuales cabe un aproximado de 50 personas y toda la zona se encuentra vigilada por el ejército norteamericano. Tarde o temprano nos llegara la hora a mí y todos mis connacionales.

Seré sincero…  Cuando llegué a este lugar en lo único que pensaba era en tratar de huir pero - con la seguridad tan excesiva que hay en este sitio - mis esperanzas pronto fueron mermando.  El intentar escapar de este lugar solo me podría ocasionar una muerte más rápida. Así decidí cambiar de planes y me dispuse a buscar un objetivo: Si es que iba a morir… al menos quería que fuera a lado de la persona por la quien tanto había luchado. De este modo empecé la búsqueda de Brianda entre la multitud que nos hallábamos en ese campo. Encontrarla no sería nada fácil, pero estaba seguro de que la hallaría, pues ella poseía algunas cualidades que la hacían un poco más fácil de reconocer de entre las personas de este sitio.

Han pasado dos días y he vuelto a sentirme  un poco feliz, pues después de tanta búsqueda por fin he encontrado a esa persona tan especial. De inmediato, los sentimientos salieron a flor de piel. Era una sensación un tanto incomoda pero confortable el estar de nuevo a su lado. Me sentí vivo – o al menos con ganas de vivir - pero tenía que ser honesto. No había forma alguna de salir de aquí. Lo único que restaba era aceptar el destino que nos deparaba este lugar.

Brii me contó todo lo que había vivido en ese campo de concentración durante los últimos meses y  la forma en cómo ella pensaba que íbamos a escapar. Sin embargo, en mi mente solo daba vueltas una idea: ¿Cómo le iba a decir a ella que todo ya había acabado, que ya no había nada que se pudiera hacer, mas que resignarnos y esperar pacientemente nuestra muerte? Deje que terminara de hablar y al momento que pidió mi opinión lo único que le dije  fue que ya no tuviera miedo pues pronto esto iba a acabar.

Aun se desconocen las verdaderas causas de por qué el Gobierno de Estados Unidos esta tan interesado en el exterminio de la mayoría de los “mexicanos”, pues en lo único que pensaba antes era en la explotación y discriminación de nosotros. Muchos creen que esto es una forma de demostrarle al mundo, que este país tiene el poder suficiente para hacer lo que le plazca en el momento que lo decida. No sé si es esto cierto, lo único que sé es que está decisión va acabar con mi vida de una forma en que yo no esperaba.

La hora ha llegado… Brianda y yo hemos decidido permanecer juntos en esta cámara. El cuarto ya está lleno. Empiezan a salir esos vapores que anuncian la muerte y lo único hago es abrazar fuertemente a Bri y decirle al oído que todo estará bien. Empiezo a sentirme un poco mareado e indispuesto para continuar escribiendo. Me imaginó que es por la enorme cantidad de gases que he inhalado.  Ya han pasado 5 minutos en esta cámara y pareciera que el tiempo comienza a detenerse. A los diez minutos solo veo como la gente cae al suelo bruscamente y empieza  a convulsionarse mientras muchos gritan y golpean la puerta esperando que alguien los oiga y los saquen de aquí. Nosotros solo permanecemos sentados. Platicamos de aquellos días alegres de nuestras vidas. Una lágrima brota al ver que todo está a punto de acabar. Tengo miedo, pero trato de tranquilizarme, pues al menos me encuentro con la persona que más quise y tengo que demostrar algo de seguridad para que ella también esté un poco más relajada. Quince minutos… Me duele mucho la cabeza, pero eso no es lo que más me preocupa, sino el hecho de que mi amada ya no ha hablado durante  tres  minutos, aunque no quiera aceptarlo, creo que ella ya se encuentra en un lugar mucho mejor, pues ya no se mueve y al parecer tampoco respira. Desde hace más de un minuto que ya no se mueve solo se ha recostado en mis piernas, como en aquellas tardes en las que solíamos ir a disfrutar en algún parque lo maravilloso que eran nuestras vidas, lo felices que éramos  ella y yo.

Ya no aguantó más…mi vista se distorsiona, solo queda esperar que esto termine pronto. Ya no hay motivo para seguir. Espero que este escrito pueda servir en algún futuro.

Se despide de ustedes Alf.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Esperanzas o rumores.

  (Versión final lista para calificar)

7 de septiembre del 2021

   Hola. Han pasado más de tres semanas de haber salido de esta prisión en la que fui sometido por haber golpeado a uno de los guardias de este regimiento. A pesar de que no estuve demasiado  tiempo en este lugar, las cosas parecen haber cambiado un poco. Muchos de los guardias de esta ciudad no están, y la producción de armamento se ha disparado a tal grado que han tenido de capturar a más “mexicanos”. Pese a la gran cantidad de personas que trabajamos aquí, no nos damos abasto para la enorme producción que exige este país.

   Llevo una semana de haber vuelto  a trabajar en la planta de armamento, y he escuchado muchos rumores, tanto de compañeros de trabajo así como de algunos guardias. Estos rumores dicen  que Estados Unidos se encuentra en guerra. Muchos creen que esta lucha es por el petróleo que se encuentra dentro de nuestro territorio, mientras que otros sugieren que es por la liberación de nuestro país, pues para muchos países es una grave falta a los derechos humanos lo que está haciendo este país a México. De lo único que estoy convencido es que esta lucha nos puede ayudar para liberarnos- o ser liberados- del yugo de este mendigo país, el cual solo nos ha discriminado y explotado desde su llegada.

   Entre los países que se han mencionado como posibles combatientes contra Estados Unidos, figuran principalmente Japón, Inglaterra, Francia y Alemania, aunque realmente no se cual o cuales sean los países se encuentren en guerra, o si es que el país se encuentra en batalla o si solamente se encuentran reclutando a más connacionales para poder apoderarse totalmente del nuestro territorio.

   Otro rumor que ha sonado mucho durante esta semana habla de que el Gobierno piensa deshacerse de la mayoría de los mexicanos de una vez por todas, condenándonos a los campos de concentración sin importar nuestra condición física ni de salud. Esto puede parecer ser una tontería, pero conociendo a este Gobierno creo que es capaz de hacer eso y más con tal de  desaparecer  a los “mexicanos” de este lugar.

   No sé si estos rumores sean ciertos. Lo único que realmente sé es que esta puede ser una gran oportunidad para escapar, pues la seguridad en este lugar es ahora muy baja, ya que parece que al gobierno estadounidense en estos momentos le preocupa algo más que los “mexicanos”. Creo que esta puede ser una buena oportunidad para salir de aquí Brii junto conmigo, pues puede no presentarse de nuevo esta baja en la seguridad de la cuidad, o ser demasiado tarde para cuando intente salir de aquí, ya que mi brazo empieza a dolerme demasiado y pronto no podre trabajar por lo que se  me condenará a un centro de exterminio. A partir de mañana tengo que pensar en  una  forma de encontrarme con Brianda para ponernos de acuerdo acerca de cómo huir de aquí. Yo me imagino que será más fácil que salgamos por separado aunque….

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una historia llega a su fin.

13 de agosto del 2021.

Han pasado más de tres meses y la pesadilla no parece terminar. Esas fueron las últimas que pude oír de mi gran amigo Jacobo antes de que se fuera.

   Desde que llegamos a esta ciudad, nuestra vida había cambiado considerablemente, pues la mayor parte del tiempo lo ocupábamos únicamente para trabajar, ni siquiera teníamos tiempo para platicar pues nos encontrábamos cansados y sin ganas de hacer nada, mas que descansar.

   Jacobo era una persona muy fuerte y con una salud excelente. Desde pequeños demostró una gran fuerza y resistencia, pero en este lugar las cosas parecían cambiar, pues hace unas semanas él había enfermado gravemente de cólera, lo cual estaba mermando su condición y al mismo tiempo su fuerza de trabajo. Sin embargo esto no era lo peor, sino que al encontrarse en esas condiciones se exponía a ser llevado a los campos de exterminio, donde son llevadas todas las personas que no se encuentran en condiciones para  trabajar. Nadie sabe realmente que pasa en esos campos de exterminio. Muchos creen que son llevados a enormes cámaras donde son eliminados por medio de gas, como en los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Otros piensan que las personas son utilizadas para la investigación científica o para probar nuevos medicamentos. De lo que estamos seguros es que todas las personas que entran en esos campos ya no vuelven a salir.

   Pese a todos los esfuerzos que hizo Jacobo, fue inevitable que los guardias se dieran cuenta que mi amigo ya no podía trabajar, pues se encontraba muy enfermo, por lo que pidieron su extradición a los campos de exterminio de la zona noroeste de la ciudad. Intente detener a los guardias de que se llevaran a mi compañero, pero lo único que conseguí fue un disparo en mi brazo izquierdo y una amenaza por parte de uno de los guardias a quien golpeé de forma  brutal. El celador me dijo que lamentaría haber hecho eso,  pues él se encargaría de que yo mismo pidiera mi muerte.

   Llevo dos días encerrados pidiendo a Dios que mi amigo Jacobo aun se encuentre con vida. A lo mejor  de alguna forma pudo haber escapado, aunque dentro de mi siento que el ya se encuentra en un lugar donde el dolor no existe. No le he podido comentar a Brianda lo que ha sucedido con Jacobo, pues aun no sé si sería bueno comentarle esto; la podría desanimar, porque  yo le prometí que los tres saldríamos de este lugar de algún modo. Me duele mucho la pérdida de mi amigo. Sin embargo, debó buscar una forma para salir de aquí Brianda y yo, pues en las condiciones que se encuentra  mi brazo pronto estaré “visitando” ese campo de exterminio, y sin lugar a dudas también será el destino de mi amada Brianda.

martes, 25 de octubre de 2011

La reconciliación con la realidad.


22 de abril del 2021

El tiempo parecía detenerse, sin embargo  eso no estaba ocurriendo. Ahora comprendía que yo estaba equivocado, que Jacobo tenía la razón y que Brianda estaba confundida. Nuestros miedos comenzaban a formar parte de nuestra vida, y los sueños figuras utópicas del pasado. Nos encontrábamos de nuevo en la capital, aun después de todo el camino que habíamos recorrido, pues fuimos traicionados por quien creímos que era nuestro aliado: Don José, o mejor dicho,  José Álvarez Villareal, quien nos había vendido por los títulos de propiedad de sus tierras y una pequeña recompensa de 500 dólares.

A casi un año de nuestra salida de la capital esta se encontraba en unas condiciones tan diferentes, pues estaba desecha, encerrada por una gran muralla de aproximadamente seis metros de altura. Al entrar fuimos clasificados por género, por lo que fue separada Brianda, ahora ella tenía que ir a la zona norte  en donde se encontraban todas las mujeres, las cuales trabajaban en una planta de productos químicos junto con sus hijos. Nosotros fuimos llevados a la zona sur de la urbe, donde se encontraba una gran fábrica de armamento y municiones en la cual trabajaríamos. Fuimos instalados en una especie de comuna donde se compartía alimentos, vivienda, dormitorios, baños e incluso algunas pertenecías personales como ropa y artículos higiénicos.

Estas comunidades estaban regidas por el ejército norteamericano, quien era el encargado de administrar al “personal” que laboraba ahí. Asimismo, dentro de la pequeña comunidad de trabajadores había una persona, la cual era encarga de representar los intereses populares. La comunicación era por vía telefónica con nuestras parejas y familiares, una vez al mes por un periodo de aproximadamente 30 minutos como máximo. El primer día que pude establecer comunicación con Brianda me comentó que estaba harta de toda esta situación, pues deseaba mejor morir, que continuar con esa vida tan vacía y con esos tratos tan inhumanos. También me dijo, que al segundo día de haber llegado a la comuna, había sido operada para no poder tener hijos. Me explicó, que estaba asqueada de ver como los pobres niños enfermaban y morían casi diariamente, de como las madres lloraban todo el día por la perdida y aun así tenían que ir a trabajar, pues los soldados no tenían compasión de ellas. Lo único que le pude decir a ella fue que no  se desesperara, que buscaría la forma de escaparnos de aquí y por fin lograr nuestro sueño: llegar a la colonia mexicana en Guatemala.

Hoy me encuentro en recuperación, pues hace un par de horas fui esterilizado y dentro de media hora tengo que ir a trabajar, por lo que aproveche este tiempo para escribir estas líneas. Sé que la vida es algo difícil aquí, pero si de algo estoy convencido es que no quiero morir aquí, pues esto es peor que el infierno. Lo hare por ti mi niña hermosa, Brianda.

martes, 18 de octubre de 2011

La degeneración.


15 de marzo del 2022

México, si aun se puede llamar así, ha cambiado demasiado durante este último año. El Congreso decretó el 24 de julio del 2021 una serie de leyes llamadas Cleaning Company,  las cuales han tenido como objetivo eliminar todo tipo de garantías individuales a los “mexicanos” considerándolos objetos de trabajo. Esto ha denigrado más la forma de vivir de mis connacionales. Dichas leyes establecen que todo mexicano deberá estar al servicio del Ejército Norteamericano para realizar labores en plantas de alto riesgo como: mineras, de armamento, químicas, nucleares, etcétera; durante jornadas de 16 horas sin descanso alguno, lo que ocasiona graves enfermedades y muertes prematuras. Asimismo se ha prohibido que los “·mexicanos” tengan descendencia, por lo cual son esterilizados. También se aprobó la ley llamada Stalled traffic, la cual prohíbe el libre tránsito de los “mexicanos” en el país.

Por mi parte la conspiración fue descubierta y suprimida, lo cual provocó que la mayoría de los seguidores fueran encarcelados o puestos a disposición del Ejército para realizar labores en las plantas de alto riesgo. Los que logramos escapar somos perseguidos peor que delincuentes por lo que hemos tenido de abandonar la capital del país. Brianda, Jacobo y yo decidimos ir a la frontera del sur, para así poder llegar a la colonia mexicana que se encuentra en Guatemala, antes de que las cosas empeoren y seamos encontrados, llevados a juicio y ejecutados por traición al país.

Actualmente nos encontramos en el estado de Oaxaca, en un pequeño poblado llamado San Jacinto. Estamos solo de pasada, pues no podemos estar mucho tiempo en un solo lugar, ya que de hacerlo seriamos rápidamente encontrados por el Gobierno. Asimismo, tenemos que realizar el viaje a pie y sin utilizar los caminos principales, pues estos se encuentran custodiados las 24 horas para evitar que la gente circule por el país. Don José, un agricultor de la zona y quien nos ha dado alojamiento en su casa, mañana saldrá rumbo a Chetumal a dejar un pedido de hortalizas. Él nos ha sugerido que salgamos junto con su pedido para así acelerar el camino rumbo a Guatemala y  escapar del país lo más pronto, para poder buscar ayuda en aquel país.

La noche ha caído. Jacobo me ha comentado que tiene un mal presentimiento pues cree que seremos descubiertos por los soldados al pasar por los caminos custodiados. Esto me ha puesto un poco nervioso, aunque creo que no tenemos opción, es esto o esperar la muerte que tarde o temprano nos llegará si permanecemos en nuestro país.

lunes, 10 de octubre de 2011

El dilema.


30 de mayo del 2021.

Han pasado ya casi dos años desde que el régimen del norte se instalo en nuestro país y ha cambiado de forma brutal nuestras vidas. Con la proclamación de la American Supremacy  se  ha delimitado el campo de participación de los “mexicanos” dentro de la sociedad y obligándonos a ser simplemente mano de obra. Durante este tiempo las conspiraciones han formado a ser parte de nuestra vida diaria, pues han sido la única forma de organización para toma algunas decisiones sobre el rumbo que debemos seguir para detener a este “monstruo”.

La conspiración que llevamos realizando Jacobo, Brianda y yo ha tenido un considerable progreso. Hemos podido reunir a más de ciento cincuenta personas de diversos sectores de la sociedad, las cuales están dispuestas a iniciar en cualquier momento una revolución. Sin embargo, aun no contamos con los recursos ni con las tácticas adecuadas para llevar a cabo un movimiento de tal magnitud. Asimismo, las cosas en el país se han puesto cada vez más difíciles, pues en el Congreso se están discutiendo sobre si los “mexicanos” debemos ser considerados como ciudadanos o simplemente un  estorbo en  esta nueva sociedad. Al parecer, esto no tendrá una  resolución para nuestro bien, pues la cámara está integrada solamente por congresistas estadounidenses que no están a favor de nuestra adición a la sociedad.

Por otra parte, he recibido noticias sobre una comunidad fundada por  empresarios “mexicanos”, la cual está situada en una pequeña porción de Guatemala. Esta comunidad está regida por los antiguos estándares de México, y está dispuesta a aceptar a cualquier persona que tenga nacionalidad mexicana, siempre y cuando, esta decida a no volver a salir de la colonia, ya que de hacerlo, el integrante será desterrado de ella.

Ahora me encuentro en un gran dilema, pues no se que vertiente debo seguir. Por una parte, podría olvidar todos estos problemas que aquejan a mi país e irme a la vida que solía tener solo que ahora en Guatemala. Por otro lado, me siento en la necesidad de luchar hasta lograr que nos sea devuelta “nuestra tierra”, puesto que hemos invadido nada, esta región nos ha pertenecido desde siempre y no hay por que huir, sino todo lo contrario, pelear por volver a adquirirlo, junto con todas nuestras garantías personales que solíamos tener.

Mi pregunta en estos momentos es ¿Qué debo hacer? ¿Huir o luchar?

lunes, 3 de octubre de 2011

Todo cambió

15 de Enero del 2021


Hola, me llamo Alf. Aunque no es mi nombre real, me ha funcionado para darme a conocer entre la gente que vivía en México. Este país ha cambiado demasiado durante la última década, en la cual ha tenido que vender sus tierras para poder pagar la gran deuda pública que se tenía con los países más desarrollados como Estados Unidos. Este último país ha sido el ganón ya que se ha quedado con todo nuestro país, por lo que, hemos pasado a formar parte de esta nación.

Sería el 20 de noviembre del 2019, cuando el Gobierno mexicano daría a conocer la nueva situación del país; estaríamos regidos por las leyes de nuestra nueva nación. En un principio a muchas personas les alegraba eso, pues pensaban que su situación mejoraría considerablemente con dicha proclamación; sin embargo, esto no ocurriría, pues sus vidas cambiarían de forma brutal. Fue el 4 de julio del 2020, cuando el gobierno estadounidense proclamo la ley American Supremacy, la cual ocasionó que todos los mexicanos fueran despedidos de los altos mandos, y llevados a las grandes empresas manufactureras para servir como mano de obra.También la educación a Preparatorias y Universidades fueron prohibidas a todo connacional. Esto ha ocasionado que los “mexicanos”, si aun nos podemos llamar así, estemos en un gran retraso educativo y económico en relación a los Yanquis. Por eso se han realizado diversas conspiraciones en contra del régimen del norte, el cual al enterarse de las reuniones las apaga con el uso del ejército, los cuales son acusados de traición, llevados a juicio y declarados culpables, por lo que se les aplica la pena de muerte.

Actualmente, vivo con dos personas en un pequeño departamento. Una de ellas es Jacobo, quien es un gran amigo desde infancia  y elemento fundamental para la propagación de nuestras ideas libertarias, pues se ha encargado de difundirlas mediante pequeñas reuniones, las cuales realiza con el pretexto de capacitar al personal de la empresa en donde trabaja él. También vive conmigo mi novia Brianda, quien ha sido de gran ayuda, no solo moral, sino también a apoyado a la causa mediante la distribución de trípticos con ideales libertarios y mensajes de superación, los cuales hace pasar como volantes publicitarios. Por mi parte, me dedico a trabajar en una empresa dedicada a la distribución, donde he conocido a personas dispuestas a apoyar a la causa libertaria, aunque tienen miedo de ser aprehendidas y sometidas al juicio de la muerte, por lo que me he encargado de enlistarlos y les he dado algunos consejos de cómo pueden ayudar a este movimiento.

Estamos conscientes de que esto es muy peligroso y difícil de realizar, pero seguros que acabaremos con el régimen del norte. Logrando de esta forma la volver a nuestra vida de antes, que aunque no era muy buena, al menos era mejor que la que tenemos actualmente con la adición de nuestro país a Estados Unidos.